El Marco Narratológico de Schmid

La narratología es la rama de la filología que estudia la estrucuta de los principales elementos de la narración. Se ha especializado en el estudio de los diferentes niveles de narrador, narrado y destinatario.

Wolf Schmid, profesor de literatura eslava en la universidad de Hamburgo, ha desarrollado su propia teoría. Sus principales ideas en este campo se pueden encontrar en el libro Elemente der Narratologie (Berlin, De Gruyt: 2005), tristemente no traducido al español.

Aquí uno de sus esquemas, traducidos al español.

De esta manera se observa claramente todos los elementos y las relaciones entre sí. El autor y el lector concretos son entidades reales externas a la obra literaria. Cervantes hubiese seguido existiendo aunque no hubiese escrito ni una sola página del Quijote. De la misma manera hubiesemos existido nosotros. Este plano, el K-1, es el único que tiene esa característica. Los demás planos están encerrados dentro de la novela y su existencia depende de ella.

El autor implicito es aquel perfil que el lector puede recomponer gracias a la lectura. Cuando leemos un libro imaginamos que el autor de la obra piensa de tal manera, políticamente será de tal partido, su actitud frente a la religión es tal, etcétera. Este autor implicito cambia de libro a libro (no es el mismo Cela el que intuímos en la Colmena que en Pascual Duarte), de lector a lector e incluso de lectura a lectura. Así que hay muchos críticos que en realidad esto no es parte de la narratología sino un elemento de la crítica. Además el autor implícito también es aquel bajo el que se agazapa el verdadero autor. Es decir, cualquier recurso de inventarse un autor ficcional para la obra entra dentro del autor implícito. En esta área tenemos diferentes posibilidades: la invención de terceras personas (La familia de Pascual Duarte), el retrato del mismo autor dentro de la obra (Niebla, muchos cuentos de Borges) o la invención de diferentes autores y traductores (El Quijote).
El lector implícito es aquel que el autor se imagina leyendo su obra. Debe haber un mínimo de comprensibilidad entre el escritor y su lector implícito (por ejemplo ¿hablan el mismo idioma?) y dependiendo de cómo se imagine al lector la obra tendrá una características u otras.
El narrador es el recurso (persona, muchas veces sólo una voz) que nos cuenta la historia. Su plano es el llamado extradiegético (hay algunas divisiones que aseguran que no todos los narradores son extradiegéticos, sin embargo todos los narradores tienen una características que comparten que no son comunes al resto de personajes).
El receptor es la persona a la que el narrador cuenta la historia. Por ejemplo, en una novela epistolar hay un narrador que escribe a alguien (su pareja, por ejemplo). Esa persona querida sería el receptor de la obra.
Por último (¿último?) están los personajes de los que se cuenta. Además los personajes hablan entre ellos, por lo que en los dialogos va a haber siempre un emisor y un receptor. No sólo eso, sino que cualquier personaje le puede contar a otro personaje una anécdota en el que aparezcan terceras personas. En ese momento ese personaje se convertiría en narrador de otra historia. Y si esa misma anécdota la decide escribir como una novela, ese personaje se convertiría en un autor de una obra, obra que a su vez podría tener diferentes autores implícitos, voces narrativas, personajes, etcétera. Creándose una escalera de caracol de planos narratológicos complicadísima.
Veremos en posts futuros la aplicación de esta teoría.
Otros posts que te pueden interesar:
Enfoques de crítica literaria, según el modelo de la comunicación, de Lothan Bredella.
Ideas sobre categorías gramaticales
En español no hay ningún género neutro.

My Ping in TotalPing.com

Sexy Nude Celebrity Hot Female Celebrity