"Una cuestión que hemos contemplado en el pasado, y ahora de nuevo, es la posibilidad de instalar en las puertas de los lavabos un servicio de monedas para que la gente tenga que gastarse una libra"
Ryanair comienza a no ser una "compañía de bajo coste", sino una "compañía barata", "barata" en el significado que tiene en colocaciones como "mentira barata" o "puta barata", osea, cutre, rastrera y que (la mentira no) simpre te da miedo de que te pase ladillas. Las ladillas vendrían a ser esos pequeños cobros.

¿Y si se aplicase?
Sencillo. Van a cobrar por entrar al baño, pero no por soltar líquidos (o no tan líquidos) en el avión. Si no tuviésemos (o no quisiésemos pagar) una libra siempre podríamos mear en alguna esquina del avión. Y probablemente nadie se daría cuenta, porque como los aviones de Ryanair son como un bar barato de barrio, el olor a orina rima con la compañía en general.
Esperemos que se hundan y que la un poco (poquitín) más humana Easyjet se apodere de sus rutas.